Día 4: Cúpula y más cosas

Como se había quedado pendiente la CÚPULA, volvimos hacia el Vaticano, pillamos la cola en el mismo sitio más o menos que hacía dos días; y tras pasar el control directos a la taquilla (creo que costó 7 €) y luego a la cola del ascensor, pero no tardaríamos ni 10 minutos en pillarlo.



El ascensor te deja en una terraza y te vas hacia la Cúpula, la cual ves por dentro, una vista preciosa. Y luego toca subir, según dicen 300 escalones, no es muy pesado, porque vas cambiando bastante, solo que hay un tramo un poco claustrofóbico porque es estrecho, vas inclinado y haciendo curva, así no se ve el final y entonces parece más eterno. Una vez arriba el viento soplaba bastante y nos costó un poco hacernos un sitio en la barandilla para ir viendo el paisaje, al final acabamos rápido porque se puso a llover, y como ya le habíamos dado la vuelta, decidimos bajar.



Estas vistas están muy bien, pero nosotros casi preferimos las del Castillo de Sant’Angelo, ya que está bastante más centrado en la ciudad y prácticamente se divisa toda; y por ejemplo si no se tiene tiempo, en el Castillo no hay ni esas colas, ni esos controles de seguridad y la balconada es muy grande. Pero esto no quiere decir que no lo recomendemos a la gente, si no se ha subido nunca a la Cúpula hay que subir, pero no para repetir; o si se va con poco tiempo y se quieren buenas vistas y con menos gente, el Castillo es una buena opción.

Luego pusimos rumbo al MERCADO DE TRAJANO, para ver las ruinas desde fuera, ya que al ser lunes estaba cerrado.

Y a continuación el MONUMENTO A VITTORIO EMANUELE II, que tenía algunos trozos en reforma. En la parte trasera hay un ascensor que valía 7 €, al que no subimos, entre otras cosas porque amenazaba tormenta, es posible que las vistas estén bien porque se tiene que ver el Coliseo seguro.

Luego el CAMPIDOGLIO, al cual se accede por una rampa escalonada llamada La Cordonata.



Desde aquí vimos algo que tenía buena pinta y que no sabíamos que era, hubo que recurrir al mapa, el TEATRO MARCELO; y yendo hacia él, otra nube de agua, afortunadamente pudimos refugiarnos, porque sino a pesar de llevar paraguas la tormenta era tremenda.


Pusimos rumbo a CAMPO DEI FIORI, por el camino pasamos por delante de la Sinagoga, pero no era momento de pararse, en Roma si llueve hay que estar constantemente mirando de no meter el pie en un charco; al llegar a Campo dei Fiori estaban recogiendo el mercado.

Seguimos hasta PIAZZA NAVONA y llegando comimos en los alrededores. En aquellas fechas la fuente principal de los Cuatro Ríos estaba en obras, una pena.



Seguimos paseando y caímos en la cuenta, que a pesar de haber visto el PANTEON varias veces, sólo habíamos entrado de noche y con la iluminación tan escasa, habíamos visto bien poco; así que entramos para verlo con mejor luz.


Después cogimos un bus eléctrico, que son muy pequeñitos, y que se mueven por las calles más estrechas, para llegar a PIAZZA SPAGNA o Plaza de España; aunque ya habíamos visto que estaba en obras, paramos un momentito.


Seguimos paseando hasta llegar la PIAZZA DEL POPOLO y aquí entramos a una de las iglesias, no las gemelas, sino otra que hay al fondo; en Roma entres a la iglesia que entres es increíble.



Como eran poco más de las 4 de la tarde, pillamos el bus y nos fuimos a la IGLESIA DE SANTA MARÍA IN COSMEDIN, donde se encuentra la “Bocca de la Veritá”; dicha bocca sale en la película de Audrey Hepburn, Vacaciones en Roma. Cuando llegamos había cola, pero no era una exageración, y 5 minutos después cerraron.


Lo de la foto fue a piñón total, porque había un señor que estaba controlando que la gente no se entretuviera mucho y si hacía falta él te hacía la foto; la salida era por la iglesia, y bueno la iglesia es súper sencilla porque es de estilo medieval, todo un soplo de aire fresco con tanto recargamiento en el resto de iglesias.

Una vez en el centro, volvimos a cenar donde el primer día, y luego paseamos para despedirnos tranquilamente de la Fontana.


 

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